martes, 23 de julio de 2013

Ocho años

Ocho añacos hizo ayer que me metí en la verbena. De teclista. De teclista secuenciada, vale. Pero en la verbena. Ocho años, que se dice pronto y se viven deprisa. Tela marinera.
Ocho marranos que podíamos haber criau, que diría mi abuela.

Llegado este punto, con la perspectiva que me otorgan la experiencia y la madurez (¡ejem!), me veo en la obligación de hacer balance de todos estos años y de la decisión de tirarlos a la mierda de una manera tan miserable dedicarlos a esta noble labor. Y de dicho balance, se desprende la siguiente reflexión:

Si a mí, ahora, me ofrecen retroceder en el tiempo, aprovechando un viaje de la señora ésa que vende lejía puerta-a-puerta, y me topo conmigo misma, trompa, en ese bar del barrio, botellín de Mahou en una mano y El Norte de Castilla (abierto por las ofertas de trabajo) en la otra, le meto un meneo al puto periódico que el norte de Castilla lo pongo en Jerez.

¡Qué agusto habría estado yo, disfrutando los veranos en el pueblo, antes de la "vida adulta", como todo hijo de vecino! Sacando mi carrera, sin más preocupaciones que las del instituto: gestar sobresalientes tocándome los cojones a dos manos y mamarme los fines de semana, soportando, mientras tanto, a mi novio de entonces, que era esencialmente gilipollas y un putillas de cuidado. Aunque algo bueno debía de tener, porque llevaba soportándolo dos años. (Tonta he sido toda la vida, p'a qué nos vamos a engañar).


Y ná... Qué queréis que os diga... Podría haberme dado al caballo, que es peor.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Los sueños, esas grandes superproducciones

Suelo tener unos sueños bastante rarunos. Hasta ahí, bueno, todo normal, porque me juego un dedo a que todos pensamos lo mismo. Pero hoy me voy a quedar con esos que son puñeteras superproducciones de Hollywood. Larga duración, un montón de personajes, extras, coches, escenarios diseminados por distintas partes del mundo (no me queda muy claro qué partes, ni qué mundo), grandes efectos especiales, números musicales, historia de amor y viaje de cambio y superación para el protagonista, osea, yo. Ni se me ocurre qué película de Hollywood tiene tanto bombo, tanto platillo y, al mismo tiempo, un fondo con mensaje y lagrimica.

Esto viene a colación del sueño que he tenido hoy; no ha faltado de nada. Lo sorprendente es que recuerdo bastantes detalles, y mira qué tenía miga la cosa. No sé si el orujo de hierbas de anoche tendrá algo que ver. Echarse a dormir con una cogorza de absenta ya tiene que ser para morirse (y la resaca ni te cuento).

La parte chunga de tanta imaginería onírica viene cuando, por alguna razón, aparece un personaje que te toca un poco la fibra, en el sentido que sea, y te quedas jodido un rato (o todo el día). Que me imagino que es algo que tampoco me pasa sólo a mí. Se supone que a través de los sueños damos una vía de escape a cosas que tenemos en la cabeza y sobre las que no queremos pensar, o a cosas sobre las que pensamos demasiado, todo ello revuelto con la película, serie, videojuego, programa, libro o anuncio de la Cocacola de turno. Esta teoría no funciona, por lo menos no del todo, porque, ¿qué sentido tiene entonces meter un personaje, una trama, aunque sea secundaria, que va a estar rondándote por la cabeza, cual mosca cojonera, durante todo el pastelero día? ¿Para qué soñamos entonces? ¿Para recordarnos los fantasmas que seguimos teniendo con nosotros aunque no los queramos ver? ¿Para echarnos en cara a las personas que hemos perdido, o que se han marchado, y las cosas que no hemos hecho, y nos sintamos como una puta mierda durante diez o doce horas, dándole vueltas a historias que no van a ir a ninguna parte? ¿Qué necesidad tienen las productoras de sueños de dar por culo con antiguos amores, o amores imposibles, pudiendo contratar a Brad Pitt?

La película El sueño de hoy ya estaba bastante completito sin  que apareciese nadie a poner un broche final con un beso, en plan Walt Disney. En serio: había explotado una gasolinera, haciendo volar por los aires una cosechadora, un Cadillac, un 600, un Playmouth Barracuda de color marrón y dos furgonetas. Dos rinocerontes que estaban siendo obligados a arar campos en un cortijo de Yorkshire (Inglaterra) habían escapado hacia la libertad de la sabana africana. Y todo eso después de varios números musicales, un par de buenos gags, estrellas invitadas, un momento "friends forever", dos peleas y un intento de violación ¿Qué necesidad había de tenerme a mí todo el día pensando en algo que no va a poder ser? Y me refiero al beso, no a lo de los rinocerontes.

Lo peor de todo es que esa parte ni siquiera era original; estaba basada en hechos reales. Con la amarga diferencia de que, como suele ocurrir tantas veces en la vida, el beso no puso un broche de oro a nada, fue tan sólo un reflejo de lo que pudo ser y no fue al final. Ni fue, ni será, porque los sueños, sueños son. Y la vida no es sueño.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cosas que me pasan en clase y tuiteo




jueves, 19 de abril de 2012

Ofú, no tengo tiempo p'a ná. Extraterrestre.

A las buenas... Noches... Días... Lo que sea.
Estoy con la orquesta hasta los cojones arriba de curro. Bolos, ensayos, fotos. Coche arriba y coche abajo como si no hubiera nada más importante en el mundo que hacerle más y más kilómetros a un R11 de hace casi veintisiete años, que es la maravilla de la tecnología mecánica en la que me desplazo. Así soy yo, sibarita.

Pero bueno, mientras viajo y trabajo, la Familadilla Real me divierte con sus peripecias. Qué gente, es un no parar de reír. Ríes por no llorar, sí, pero te ríes, que es lo importante.

Normalmente dejo para el último momento todo lo que tengo que hacer. Si en algo soy buena es en perder el tiempo y procrastinar. Ahora mismo estoy liada haciendo trabajos que debería haber hecho en Semana Santa, que cierto es que no he tenido tiempo en Semana Santa ni de tirarme un pedo y recrearme en olerlo después, pero cierto es también que lo podía haber hecho ayer o antes de ayer y me he estado tocando el ombligo a dos manos hasta estar haciéndolos ahora, que ya me ha pillado el toro, porque encima son tres, para entregar hoy y sólo he hecho el primero, que era ver Extraterrestre de Nacho Vigalondo y comentarla. El segundo es un comentario de un texto del cual no entiendo gran cosa y el tercero, comentar un anuncio, videoclip, película o lo que sea que se me antoje comentar. Nos pasamos el día comentando.

Como me sobra mucho tiempo, he venido aquí a perder una parte, no siendo que realmente me fuera a dar para hacer algo más antes de irme a clase. Que me saltaré las primeras dos horas, claro. No sé si para dormir una o para intentar terminar lo que sea que empiece ahora.

Bueno, realmente he venido aquí a recomendar al mundo que vea Extraterrestre porque me parece que debe ser vista. No os vais a encontrar espiganos, ni a Bruce Willis ni a Will Smith salvando el mundo. Es más, lo que viene siendo la invasión extraterrestre tampoco pinta mucho en la trama de la película, salvo por el personaje de Raúl Cimas, que se convierte en una especie de héroe que lucha por el pueblo sin tener ni puta idea de por dónde le sopla el viento. Se me ha hecho un poco excesiva de metraje, como que en realidad habría ido mejor siendo un corto, pero vamos, un corto genial, en cualquier caso. Con pocos medios económicos, tres o cuatro escenarios y cinco actores (Michelle Jenner, Raúl Cimas, Julián Villagrán, Carlos Areces y Miguel Noguera), Vigalondo tampoco ha necesitado más.

Yo me la he bajado de Internés porque soy pobre, y me sobra mucho mes al final del sueldo, pero he sido castigada con una horrible versión en TS Screener, cámara en mano. En la mano de alguien con un pulso que como para ponerse a robar panderetas, que además debía de ser ciego, porque no enfocaba a la pantalla ni de casualidad y que estaba muriendo de tos ferina. Id al cine, que merece la pena. Fotografía cuidada, buen guión, buen trabajo interpretativo, un platillo volante más grande que mi pueblo y un frasco de melocotones. P'a qué más.

jueves, 29 de marzo de 2012

Servicios Mínimos

En Galindosfera estamos cumpliendo con los servicios mínimos. Ayer me fui a la Coruña a comprar ropa para la orquesta. La tendencia del vestuario va a ser más o menos "choni cuarentona de comunión", pero ya lo trataré en otro momento porque si me lío con eso, ya no serían "servicios mínimos" sino una jornada laboral normal y corriente, y ésta que está aquí tiene que ir a manifestarse y esas cosas.



Os voy a dejar con un vídeo en el que se traduce con palabras llanas el discurso del gobierno acerca de la reforma laboral por que estamos protestando hoy, para el que ande un poco perdido.




Nota: Veréis al final el emblema de Izquierda Unida. Si alguno no simpatiza con ellos, que no se sugestione; en el vídeo se cuenta lo que hay, ni más ni menos.


¡A cuidarse!

martes, 27 de marzo de 2012

Renovarse o morir, that's the question

Como la vida cambia, y tal, he lavado la cara al blog, he actualizado la información y he renovado un poco el diseño porque, según mi marío, mi amor, mi sol, mi luna, la luz de mi vida, mi pelotita de mierda, tenía una pinta ligeramente satánica y era más bien... Hum... Dificultosillo de mirar. "¡¡Por Dios!!" han sido sus palabras exactas. Más majo...

He estado a punto de quitar los peces, pero luego me he puesto a echarles de comer durante quince minutos me han dado penica, así que al final les he buscado una pecera más digna y he añadido dos más. No os olvidéis de pinchar, que se alimentan de clicks (sí, me salen baratos, para qué nos vamos a engañar).

HUMMER
Los más avispados habréis visto que he cambiado el nombre de usuario... Desde que me dedico al Roller Derby, me he convertido en Hummer Morgan, que viene a ser lo  mismo pero suena mucho más global, más agresivo y, sobretodo, mucho más automovilístico.

He cambiado también la URL, y de momento no aparece en Google, pero en Espiga 4 ya están avisados, así que tranquilos.



MORGAN
Lo que se ha quedado como estaba es la leyenda que aparece en el pie de las entradas, porque en su día lo edité en HTML y que me parta un rayo si me acuerdo de cómo lo hice, así que el gato más gordo del mundo me seguirá observando mientras escribo, y me seguirá llamando Heavy Mimosa hasta el fin de sus días, o de los míos, o del mundo tal y como lo conocemos, o hasta que yo vuelva a dominar los principios del HTML... Lo que ocurra primero.

En fin, señores, señoras, mozas, mozos y mozalbetes, me voy a dormir, que mi padre (ese gran filósofo) siempre me ha dicho que "a las diez en la cama estés" y ya son más de las siete.

Un beso para todos los espiganos que me siguen.

El tiempo vuela cuando uno se divierte, love, love

¡Halaaaaaaaa...! Año y pico sin decir ni pío. Bueno, por twitter sí pío de vez en cuando (ja   ja   ja).
Ya no me acordaba yo de esto.
Y es que resulta que parece ser que los de la NASA no se habían llevado todo el amor que había en el mundo, y por eso hace casi un compromiso de permanencia de Timofónica que no dedico las noches a escribir sandeces para colgarlas en Internet, con el mismo resultado que si las metiera, escritas en sumerio, en un botellín de Mahou y lo echara al Pisuerga.

¡Porque al final va a ser verdad que el lobo está en el aire (Love is in the air, nia nia na nia na nia) y hace ya trece meses que tengo alguien a quien contárselas de primera mano mientras me hace la cucharita! (Más guaaaaaaaaaapoooo, e inteligente, y culto, y gracioso, y suave... Y una sonrisa, y unos ojazos...¡Y toca la batería! ¡Y la guitarra! ¡Y escribe, y mueve las orejas!) Apenas protesta y a veces hasta me escucha. Me abraza y se me corta el aliento. Si eso no es amor, que baje Dior y lo vea.

Me sigo quejando a todas horas, porque las buenas costumbres no hay que perderlas y motivos siempre hay, pero en realidad vivo feliz como un escarabajo pelotero, un escarabajo pelotero con una enorme y preciosa pelotita de mierda, que le acompaña y da sentido a su vida. ¡Ays, el amor, esa mierda maravillosa...!

A riesgo de ser tachada de comeflores por los habitantes del planeta Espiga 4, donde mi blog es un exitazo...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡TE QUIERO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Mi nuevo y feliz "Yo"