Cosas que pasan...
Rematricularte por inercia en una carrera en la que te has matriculado por inercia y arrepentirte en el acto. Que no te devuelvan ni una peseta de la matrícula después de anular.Teñirte el pelo de rojo, de negro para tapar el rojo y decolorarlo para volver al rubio (o alcanzar la calvicie). Volver a caer en las garras de un antiguo follamigo y luego huir de ellas. Renovar con la misma empresa aunque en realidad te apetezca decirle a tu jefe que es un capullo, el cantante un gilipollas y que el cómputo de toda su orquesta se la puede meter por el culo, empezando por el camión. Aceptar ensayar los viernes y perder el derecho a rehabilitación. Que te dé por el deporte cuando tienes doscientas mil secuelas que te impiden hacerlo. Ponerte a trabajar de extra en un bar por miserables cinco euros la hora y aún así pensar que has tenido suerte. Ligarte a tu logopeda buenorro, maduro, inteligente, simpático, conquense, deportista, con dos carreras, plaza fija, piso, perro y todoterreno y que no sea un aquí te pillo-aquí te mato y si te he visto-no me acuerdo y no pensar más que en la forma de espantarlo, como a todos los demás, porque el gato escaldado huye del agua fría.
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